Querido Julio,

Recibí su carta con sorpresa y agradecimiento por su honestidad. Tiene usted razón, ese armario en mi dormitorio es especial para mí, me recuerda a mi abuela.

—Era un espacio muy pulcro, excesivamente blanco y vacío. Como si el silencio pudiera volverse un lugar.

Entre centenares de tiendas y edificios viejos, estaba un pequeño apartamento, al que rara vez le caía el sol. Era un tipo de cueva en medio de la ciudad, donde parecía que el aire iba a morir.

Casi no había podido dormir, los pensamientos de terror le llegaban en turnos de máximo diez minutos de distancia y entonces sentía las aguas acercarse y los sueños alejarse.

Catalina era, en todo el sentido de la palabra, una niña promedio. Estatura: promedio. Calificaciones: promedio. Belleza: promedio. Madurez: Promedio.

Muchos meses después, frente a la línea del supermercado, Francisca Fernández había de recordar aquella tarde remota en que su alcaldesa había anunciado la cuarentena.

Ha estallado una pandemia mundial.

Si das un paso más reventarán tus pies. Al menos así lo sientes.